Hace un año, nuestro angelito loquito tuvo que volver al cielo.
Aun cuando nunca imaginamos la felicidad que nos iba a regalar en los 10 meses que estuvo con nosotros, nos quedamos con la fuerte necesidad de prolongar esos momentos de ternura y alegría que constantemente nos brindaba el más dulce cachorrito, llamado Cli.
Le agradecemos a Dios por enviarnos a su travieso mensajerito, que unió a la familia en torno a sus ocurrencias y constantes demostraciones de afecto.
Hasta pronto, Clicito; en el cielo nos volveremos a encontrar!
Aun cuando nunca imaginamos la felicidad que nos iba a regalar en los 10 meses que estuvo con nosotros, nos quedamos con la fuerte necesidad de prolongar esos momentos de ternura y alegría que constantemente nos brindaba el más dulce cachorrito, llamado Cli.
Le agradecemos a Dios por enviarnos a su travieso mensajerito, que unió a la familia en torno a sus ocurrencias y constantes demostraciones de afecto.
Hasta pronto, Clicito; en el cielo nos volveremos a encontrar!