Este blog sustenta la idea de que Dios Padre, en su infinita miseri-
cordia, puede servirse de los animalitos, por Él creados, para ayudarnos a ser mejores personas.
Con el simple hecho de alimentarlos, cuidarlos, protegerlos, en la medida de nuestras posibilidades, estamos demostrando que podemos sentir generosidad en nuestro corazón. Podemos permitirnos manifestaciones de amor que quizás tememos mostrar frente a las personas.
Cuánto bien nos hace adoptar a un animalito en la familia, verdad? Con reparos al principio, con reniegos y medidas disciplinarias, como a los niños pequeños, pero con las mismas satisfacciones de cariño y alegría. Lo sabemos bien.
Y, jamás lo dudemos, lo hicimos bien. Los amamos y los hicimos miembros de nuestras familias. Ellos no pidieron más. Lograron que fuéramos más felices, y con eso, mejoraron nuestra actitud frente al mundo, y somos mejores personas. Cumplieron su misión.
Agradezcamos a Dios por la presencia de nuestros angelitos en la familia, por cada momento vivido con ellos, y no perdamos la esperanza de que, al final, todos juntos festejaremos nuestro reencuentro en la morada eterna.
cordia, puede servirse de los animalitos, por Él creados, para ayudarnos a ser mejores personas.
Con el simple hecho de alimentarlos, cuidarlos, protegerlos, en la medida de nuestras posibilidades, estamos demostrando que podemos sentir generosidad en nuestro corazón. Podemos permitirnos manifestaciones de amor que quizás tememos mostrar frente a las personas.
Cuánto bien nos hace adoptar a un animalito en la familia, verdad? Con reparos al principio, con reniegos y medidas disciplinarias, como a los niños pequeños, pero con las mismas satisfacciones de cariño y alegría. Lo sabemos bien.
Y, jamás lo dudemos, lo hicimos bien. Los amamos y los hicimos miembros de nuestras familias. Ellos no pidieron más. Lograron que fuéramos más felices, y con eso, mejoraron nuestra actitud frente al mundo, y somos mejores personas. Cumplieron su misión.
Agradezcamos a Dios por la presencia de nuestros angelitos en la familia, por cada momento vivido con ellos, y no perdamos la esperanza de que, al final, todos juntos festejaremos nuestro reencuentro en la morada eterna.