Este fiero can aparecía cada vez que Don Bosco estaba en peligro. Se abalanzaba sobre eventuales atacantes, criminales contratados para lastimar al Santo, y para protegerlo, lo acompañaba en las oscuras noches por lugares desolados, con el fin de llevarlo sano y salvo al Oratorio, dejándolo seguro con sus chicos y Mamá Margarita.
Se sabe que el Grigio nunca aceptó alimentos, ni siquiera agua. Dejaba a Don Bosco a resguardo y luego se marchaba, nadie supo jamás adónde. El querido "Padre de multitudes" da prueba del controvertido rol del can en su vida. En sus memorias autobiográficas, Don Bosco detalla la ayuda que recibió del Grigio, desde noviembre de 1854 hasta 1866. Sin embargo, en 1883, 5 años antes de su tránsito al Paraíso, el Santo volvió a ver a su can custodio... que lucía exactamente igual a todas las veces que acudió en su ayuda, pese a que habían transcurrido ya casi 30 años.
Cuando los amigos, sorprendidos por lo imposible de la edad que pudiera tener el perro, lo comentaban con Don Bosco, él bromeaba: "quizás sea su hijo o su nieto", riendo para eludir el tema. El Santo, dotado por Dios de gran sagacidad y aguda percepción, que le permitían distinguir hasta los pecados de sus chicos para ayudarlos a confesarlos, no iba a reconocer al noble can que en tantas ocasiones le había salvado?
San Giovanni Bosco"Si dijera que era un ángel haría reir. Pero tampoco se puede decir que era un perro ordinario".